12 minutos y meses de trabajo a la basura... ¿o no?

Este fin de semana se llevó a cabo un evento deportivo para el que me estuve preparando medianamente bien. Mis expectativas personales eran buenas y me sentía bastante satisfecho con mis avances y logros. Sin embargo, viéndolo ahora en retrospectiva, reconozco que no teníamos ninguna posibilidad; todos los demás equipos eran demasiado buenos

Llegó el día y la emoción nos duró poco, en el primer evento de la competencia mi compañero sufrió una descompensación y terminó siendo atendido por los cuerpos de emergencia en el lugar (gracias infinitas a ellos por su rápida atención) y con nosotros descalificados del evento. Meses de trabajo 'tirados a la basura' en menos de 12 minutos (el tiempo que duró ese primer evento).

Una vez que mi compañero estuvo fuera de peligro y me di un poco de tiempo para procesar todo lo que había pasado, la frustración y hasta un poco de enojo (perdóname Vic, ya te quiero mucho otra vez🫰🏻), pensamientos del tipo 'meses de trabajo para nada' empezaron a invadirme. Era bastante molesto, la verdad.

Pero con el paso de las horas empecé a reflexionar en que todo el trabajo que hicimos y conseguimos durante estos meses realmente no se habían ido a la basura. Los tres logramos nuevos avances, nuevos tiempos, nuevos pesos, nuevos récords personales y deberíamos estar orgullosos de todo eso, sin importar que no hayamos podido demostrarlo en el evento. ¿Hubiéramos ganado la competencia? Ni en un millón de años, ¿Queríamos darlo todo? Absolutamente.

Así que la próxima vez que sientas que tu esfuerzo no llega a ningún lado, piénsalo dos veces. Celebra el proceso, no solo el resultado. Por menores que estos sean y aunque nadie pueda verlos. Tú trabajaste por ellos y no todos podemos medir el éxito de la misma manera. Algunos lo hacen desde el podio, otros desde una ambulancia viendo por su compañero de equipo.